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viernes, 30 de marzo de 2012

un mal día

Los días de la semana, normales. Merece mención especial el Martes.

Este ha sido uno de los peores días… no se si decir de toda mi vida, pero de los últimos años fijo que sí. No porque yo estuviera mal, sino porque a veces pasa, que intentas poner buena cara, pero las estrellas junto con el destino, ayudado por los horóscopos y la bruja me dijo que me echaría un mal de ojo por pasar por debajo de una escalera se pusieron de acuerdo con mi entorno exterior e interior para que el día fuera horrible.

El martes amanecí mal. Amanecí mal, porque había tenido varias pesadillas de estas de las que te despiertas y luego cuando vuelves a soñar ahí siguen. Pues así como 5 veces o así. Lo pasé realmente mal, porque a costa de que disfrutaran otros sufría yo. Además recuerdo que la misma noche soñé con mis padres, pero como la costumbre me había llevado a despertarme de las otras pesadillas, hice lo mismo con este sueño. Como el que rompe una página sin querer y luego no puede volver a recuperarla.

Al despertar, ya triste por las pesadillas, me encuentro a una mujer entrando por la puerta de mi habitación. Mi cerebro, tardó un rato en despertarse todavía y se puso a intentar mandar órdenes en inglés o Maltés, así que mi cuerpo no entendía. La mujer ya no recuerdo si me habló en inglés, Maltés o Italiano. Me dijo algo así como sick (enfermo), y luego empezó en italiano, cuiccina. Entendí que era la de la limpieza, la supuesta ladrona que venía para perturbar mis pesadillas. Eran las 8:30 de la mañana y yo, me podía quedar aún una horita en la cama. Y así lo hice, pero con los ojos como platos y mirando hacia el lado de la puerta por si entraba de nuevo. Tic tac tic tac tic tac, mi cabeza iba hacia varios sitios. Hacia las pesadillas, hacia la “ladrona”, hacia mi familia… en fin. Al levantarme, Conny ya no estaba, o estaba en el otro baño. Me hice un sándwich de nocilla para ponerle buena cara al día y fui tan contento para el autobús. Como un niño con su pedazo de bocata de fuagrás. Al llegar a la parada… entrar en el autobús y mirarle la cara al autobusero… me asusté. Era como Joaquín (el del Málaga, ex del Betis), pero más gordo que Vic. Tenía pinta de carnicero. Aguanté, una cara y media leyendo. Conducía tan horriblemente mal, que mi cabeza parecía que iba para un lado y mi cuerpo para otro (porque ya estaba metido en la siguiente maniobra). Así pues, tuve que dejar el libro y dedicarme a ver la excitante conducción de aquel cerdícolas. Me cambié de sitio para poder ver la velocidad a la que tomaba las curvas. Además de volantazos, acelerones, frenazos, ese ente tomaba las rotondas a 60km/h, ¡con un autobús!. La madre que lo parió. Yo decía que como en Túnez, no había pasado tanto miedo en un coche, pero es que por aquél entonces no me gustaba la velocidad. Ahora, gustándome, os aseguro que más de una vez pensé que en esa curva volcábamos. Que cuando salió hacia la última parada respiré aliviado y me quité un peso de encima y que iba pensando, (yo!!, osea… YO!!) Fucking gordo este de mierda, lástima le humillen en público. (no se por qué, pero eso pensaba, cómo sería verle humillado en público. Ahh sí, porque el libro iba por esa zona. Azotando a Kvothe en público). Cuando paró en mi parada, obviamente no lo hizo con delicadeza. Yendo agarrado a los hierros del autobús, imaginaos el frenazo para que me soltara, y me diera un talegazo contra la siguiente barandilla.

El programa sin más. Y después también sin más. Teníamos que ir a hablar con los de Paragon. Durante el viaje, tras esperar un ratazo al autobús… estaba llenísimo. Y estaban todos sentados menos yo. Entró un hombrito con la cabeza muy redonda, barba y unas gafas de sol. Se agarró del mismo hierro que yo y se puso en frente de mí a hacer cosas un tanto extrañas. Con la mano que le quedaba libre tenía el puño cerrado y la subía y bajaba como si estuviera agitando unos dados imaginarios. Parecía que estaba rezando el rosario (también imaginario). Este tío en un principio estaba… cerca, a unos 50 cm más o menos, pero se fue acercando poco a poco. Y empezó a dar cabezadas, llegó a estar a 20 cm y eso que yo me iba echando más para atrás. Estos se estaban partiendo de risa, y yo no sabía como “escapar” de esa encerrona. Observé el puño que tenía agarrado el hierro del autobús y le vi unas uñacas largas y con mierdecilla negra de esta. Entonces fue cuando bajó esa mano y en lugar de agarrarse al hierro, se agarró a mi mano como si fuera el hierro y con la misma fuerza. Me escabullí en la siguiente parada, porque se movió la gente y dejó un hueco libre. Me senté. El autobús le dejó un circulo vacío a su alrededor. El hombrito, empezó a dar cabezadas (parecía que se estaba durmiendo). Le fallaba el equilibrio y parecía borrachísimo pero… no creo que fuera eso. Le dio un trago a una botella de agua vacía, y tragó como si verdaderamente hubiera bebido. En este momento ya menos tenso, las risas si empezaron a oírse. A mi me dio la risa floja por el dia que llevaba. Y estos pensaban que me estaba riendo del hombrito. Pero me hacía gracia la situación. Yo, en Malta, pasando mi peor día en mucho y como cómplices 4 personas a las que conozco, (al que más) desde hace 3 semanas. El hombrito se fue a sentar y empezó a darle la chapa a su acompañante.

Al llegar a Paragon, le expusimos lo que estaba pasando. Sobre todo, Javi (el de Palencia) y yo por el idioma. Era como que los tíos querían echarse balones fuera. Pero al ver que había muchas cosas que parecían raras en el comportamiento de conny, les convencimos de que hablaran con ella. A mí, personalmente se me quedó por un lado buen cuerpo porque me había defendido en inglés. Y por otro mal cuerpo porque nos habían regañado por dormir en casa de estas algún día y comprobar que el control ese, existe. Además, fue un… lo solucionaremos pero… no se, a mi no me convencieron del todo. Después cogimos el bus de vuelta a casa, traduciendo un poquillo lo que habíamos dicho. Estos se fueron a casa, y nosotros fuimos a casa de jessi y vane a contarles lo que había pasado.

Detrás de nosotros, entró un hombre regañándonos por golpear la puerta. Que… ok la golpeamos, pero es que sino… no cierra esa castaña de puerta. Estaban ya las tres nuevas compañeras de piso de estas y… ni las vimos. Les contamos lo que había pasado y nos fuimos a casa. Pero el día no acaba aquí.

Estamos ya en la cama metidos, y entra Dani a nuestra habitación a decirnos que si podemos llamar a Jessi que está poniendo mensajes en el facebook. Que la ayudemos.

La cosa fue, que había entrado el vecino de arriba en pijama a su casa. Sin llamar ni nada, tenía llave, y estaba ahí. Él y su embarazo, pegando voces porque estaban haciendo mucho ruido. Pero Vane nos dijo que ni de coña, que estaban hablando normal, que se le fue la pinza y les empezó a decir que las iba a echar de allí. Les dijimos que llamaran a Paragon, pero que ya les habían llamado ellos amenazándolas con lo mismo. Claro, lo único que pudimos hacerlas es… decirles que se vinieran a casa si querían. Por no hacer ruido ni se ducharon por lo visto.

Yo en mi cama, cada vez más hundido, repasando mentalmente el día que había pasado y lo inseguro que me sentía con los de Paragon. ¿Cuántas personas tienen llave de mi casa? Esa noche me estaban esperando las mismas pesadillas y un no descanso absoluto.

Domingo 25 Rabat y Mdina.

A la mañana siguiente, nos despertamos con las intenciones de ir a Mdina y Rabat. A las 11 nos despertamos los cuatro pero Alonso divino tesoro. Lo pusimos cuando nos despertamos, mientras que estas se arreglaban y esas cosas. La cosa se alargó, porque mientras estábamos viendo la carrera, estas dos estuvieron conectadas. Terminamos de ver la carrera a las 2:30 y salimos de casa a las 5 o así. Javi y yo estábamos emocionados con la carrera y cuando acabó estábamos mu contentos.

El viaje en autobús se nos hizo muy ameno, porque íbamos muy tranquilotes y hablando. Empezamos a verlo a lo lejos, una ciudad encima de una montículo. La manera que mejor se me ocurre de describirlo es como una mezla entre la cima de los vientos y édoras. Jajajaja freak.

Por lo visto, Rabat, significa arrabal, es como las afueras de la ciudad Mdina. Esta ciudad por lo visto, era la capital de Malta antes, y no es para menos. Bueno, la historia cuenta que cuando los cristianos eran perseguidos por los Romanos, San Pablo, naufragó con su barco y se refugió en Malta. Más concretamente en esta ciudad. Bajo ella, se reunía con otros cristianos perseguidos para rezar. Aquí, en el subsuelo también eran enterrados y demás. Todavía se pueden visitar estas catacumbas, pero nosotros no pudimos hacerlo. Fuimos a Rabat, y había una especie de fiesta, como la del mercado medieval, pero sin ningún puesto. Vimos un zancudo con un malabarista al lado que iba recorriendo las pobladas calles. En la plaza “debía ser la principal”, había más congregación de gente escuchando a un violinista y alrededor de tres puestos de dulces. Nosotros pasamos por allí, pero nuestro objetivo era Mdina. Empezamos a caminar y nuestros pasos nos llevaron a las puertas de una fortaleza. En el puente de entrada nos hicimos varias fotos ya impresionados con los muros. Una vez dentro, una ciudad completamente diferente a todo lo que yo haya visto. Las casas eran de un color arena ya que su piedra también tenía este tacto. Cada dos pasos veíamos algún motivo religioso, bien en forma de estatuilla religiosa, bien en las ventanas… Las calles anchas se entrecruzaban sin ningún orden con otras calles muy estrechas. No pasó ni un coche en el tiempo que estuvimos en Mdina, pero sabíamos que podían circular por allí. El suelo tampoco desentonaba y también era color arena. En muchas calles no cabían ni un coche, estas eran las que merecían la pena. La parte negativa de esto, es que es imposible fotografiarlo, porque estas muy cerca de las fachadas. Son casas altíisimas que te imponen de una manera exagerada. Casas rectas, y lisas, estilo románicas. Casas ornamentadas con motivos religiosos y en definitiva un regalo para la vista. Nuestros pasos nos dirigieron sin saber cómo a la catedral. No pudimos entrar de primeras porque estaban en misa, un señor italiano nos lo indicó. La catedral, también románica, fue una sorpresa verla ya que llevábamos un rato recorriendo callejuelas estrechas y no tan estrechas (donde sólo cabía un coche). Al avanzar por estas callejuelas, nos encontramos con una especie de plaza, y al final de esta plaza, a la derecha la catedral. Cuando acabó la misa entramos.

No tengo palabras para describirlo. Independientemente de lo que impone ya de por sí, cualquier catedral, en esta además, estaban tocando el órgano. Cuando empezó a sonar, retumbaba suelo, paredes y asientos. Una melodía que me recordó al juego de Monkey Island, como cuando de pequeño me asustaba cuando aparecía Lechuk. Era una sensación extraña. Nueva. Nos encontrábamos pisando lo que parecían ser tumbas. Las baldosas creemos que son tumbas como en alguna película de Indiana Jones o algo así, rodeados de cristos e imágenes de la crucifixión, candelabros colgando, la luz de las velas y la que dejaba entrar la cúpula superior, y el órgano sonando. Sentí admiración, miedo, terror, sufrimiento, orgullo de estar viviendo eso… es… realmente complicado de explicar. Es como la banda sonora del momento en que aparece el pirata más malo de las pelis de piratas del Caribe. Daba la sensación de que los cristos iban a empezar a moverse de un momento a otro. Que la luz se iba a apgar o encender de un momento a otro. Impresionante.

Cuando salimos de allí, personalmente, todo lo que vi, se me hizo insignificante, y sólo me apetecía llegar a casa y pensar en ese momento. No fue así. Nos asomamos a un mirador, también muy bonito. Como ya era tarde, no nos dio tiempo a entrar en las catacumbas. Pero volveremos. En lugar de eso, fuimos a dar una vuelta por Rabat, entramos en un bar de fritangas y estos se pidieron unas chevechas. Después seguimos andando hasta llegar a la parada del bus.

Sábado 24: Visita de Paragon

Nada más levantarme me fui con el pijama al sofá donde estaba Javi viendo Death Note. Con las legañas todavía en los ojos y tapado con el edredón de Javi… sonó la puerta y abrieron automáticamente. Era un hombre con bigote y unas gafas de estas de pera. Parecía un cherif jaja. Este tío era el de mantenimiento de Paragon. Como estaba debajo de la manta no me vio el pijama, pero me preguntó que cuando había llegado. Le contesté que el día 15 a Malta. Estuvo intentando arreglar internet, pero el tío era un zote. Entre nervios y tal (porque no podemos dormir en otros pisos), me levanté en uno de esos momentos en los que el de paragon no miraba. Conseguí escabullirme sin que me viera, me vestí rápidamente y volví a mi posición original. Un momento muy tenso, la verdad. Pero bueno… jajaja otra batallita más. Fuimos a comprar Javi y yo, mientras que estas se iban acompañadas por el cherriff hacia un sitio a que le pusieran un programa en el ordenador.

Al llegar a casa hicimos arroz blanco prontito, para poder irnos a ver Rabat y Mdina. Dos ciudades que tienen fama de ser preciosas aquí en Malta. Antes de que llegaran estas (que venían a comer a casa), llegaron nuestros compañeros de piso. Y al loro perolo.

No recuerdo cómo empezó la conversación, pero… la historia era que habían desaparecido 100€ de la cartera de Dani. Ah pues a mi el primer día me desapareció un mechero y no le di importancia, dijo Javi. Ah pues a las chicas les desapareció un lápiz de ojos la primera semana. Hablándolo y tal…. Estamos convencidos de que la de la limpieza nos está robando. Cuando han sido cosas así pequeñas… puedes perderlas y tal, pero 100€? Un billete de 100€? Además la cartera no estaba en un cajón (donde estaba), sino en el suelo, debajo de la cama. Nadie entiende por qué. La historia es que, Cony (la de la limpieza) llegó el jueves por la mañana y limpió, y justo el miércoles por la tarde estaba el dinero. El sábado por la mañana ya no estaba. Javi dudo mucho que haya sido, es más, ni me lo he planteado. Y ellos tres, entre ellos tampoco. Es una tontería robar así, de Erasmus 2 meses. Y robar la primera semana? Estuvimos hablando de esto un buen rato, llegaron vane y Jessi, comimos y nos entretuvimos de nuevo en esto, así que invertimos toda la tarde en hablar el tema. Qué hacer, escribir mails y demás. La cosa fue que escribimos a paragon y a nuestra coordinadora en Salamanca. Cambiamos el plan. Había un concierto por la noche, y como ya era tarde… decidimos no ir a las ciudades.

Fuimos dando un paseo Vane, Javi y yo desde casa, hasta casa de estas, pero… dimos una vuelta del copón. Bordeamos la isla y fuimos por el puerto. Chulisimo agustísimo, y perfecto. Estuvimos haciendo fotos, hablando y diciendo paridas… estos por el camino iban pillando comida a medida que iban teniendo hambre y genial. Estuvimos por el paseo, luego subimos unas escaleras de metal, donde había unas vistas incrédibols, nos perdimos un poco por allí arriba porque era una zona diferente. Volvimos a bajar y atravesamos un poco hasta que entramos en un bar muy guay. Lleno de botellas, con poca luz, fotos de lady di, y un ambiente muy único. Era un sitio donde había abuelines, sentados en la barra y con la música actual a todo volumen. La verdad que estuvimos muy a gusto porque el camarero, (un señor mayor con un paquetón increíble según Vane), nos trató genial. Estos pidieron dos pintas, y nos pusieron un pincho de pan con tomate, con atún, aceitunas, champiñones y una hojita de menta. Pero pincho… pincho. Señor pinchaco!. Al terminar el hombre nos despidió y nos pidió una foto y que le agregáramos al facebú.

A medida que nos acercábamos a Paceville y St Julians, el paisaje iba cambiando. Cada vez más chulo y con más cosas para ver. Hay una catedral o iglesia, al lado del mar, y como esto es así, la luz de la propia catedral se reflejaba en el agua, repitiendo dicha catedral dos veces. Muy chulo. Llegamos hasta una especie de monumento de piedra con forma de la palabra Love, pero invertida, para que su reflejo en el agua fuera formado correctamente. Me sorprendió de nuevo la claridad del agua. No parece mar, es más bien como un rio, como… uno de los charcos que hay en mi pueblo, pero a lo bestia. Desde ahí, sabíamos ir Javi y yo, así que… a dormir se ha dicho, estos perros cayeron enseguida y yo me quedé con cara de malas pulgas. Jajaja me costó muchísimo dormir esa noche.

Semana del 19 al 23

El lunes estuve una hora esperando el bus, y otras dos horas esperando a que empezara el programa “NISKATA” el mío vaya. Al día siguiente aprendí y me llevé un libro.

Al día siguiente… después de terminar el primer programa, el director de la cadena me mandó sacar unas sillas. Y yo no entendía nada. Con cara de bobo, empecé a ver pasar gente y a sentarse en las sillas. Al ver a Vic y a Will hacer lo mismo, puesss me senté y entendí que estaba metido en una reunión de empresa. Los dos jefes, Romina y Patricio, empezaron a hablar. Sobre todo él. Es un tipo peculiar, es alto y corpulento de cintura para arriba, de cintura para abajo tiene dos palillos por patas. El que quiera imáginarselo, que busque en google Marco Pollo Monkey Island (las dos primeras imágenes son muy parecidas a él). Mi jefe no tiene cara de italiano, tiene cara de árabe, con sus barbas y sus cosas. Con una pose arrogante con el mentón apuntando al cielo no dejaba de decir cosas en Árabe o Maltés se acercaba al resto del equipo con tono desafiante. Yo entendía palabras como si alguien se quejara de los micrófonos o de los trípodes, como si el jefe dijera imposibili, y no se qué más. Todo el mundo estaba muy tenso, y sólo dejó de gritar en árabe para decirme que lo sentía mucho por estar diciendo eso en Maltés y no en inglés. Mi respuesta fue… en Maltés o en inglés no entendería nada, así que no te preocupes. (esto en inglés, y hay muchos del equipo que saben que me defiendo en inglés) así que… se relajaron un poco sonriendo. Pero la charla siguió y siguió hasta una hora. El resto, con normalidad. Le pregunté a Vic al finalizar, por su enfrentamiento con el jefe. Y me contó que el lunes había sido fiesta y habían ido todos a una cena menos los operarios. Bromeé con él por el tema de la comida diciéndole que le gustaba mucho comer eh? Y él me respondió que a mi también, porque antes de esta conversación le pregunté que si todos los jueves íbamos a comer en el plató. Después, la Ana Rosa de aquí (Angela) me llevó en su coche hasta la parada del bus, y directamente hasta la Valleta. Pillé un poco de pan, jamón york, queso y agüita. Me senté en la fuente, y más feliz que una lombriz. Comiendo, con mi música y catapún chim púm. Cuando terminé me tumbé un rato a leer y enseguida llegó Javi.

Después de juntarnos con Vane y Jessi, fuimos los cuatro a sacarnos el ID de Malta (así el bus nos sale más barato y es gratis). Después de dar varias vueltas, llegamos a la oficina. Nos atiende un tio super feo, super mayor, y super borde. Rellenamos unos papeles y había ahí otra chica portuguesa, con la que no me dio tiempo a hacerme su amigo. Porque enseguida pasamos a otra sala donde había que hacerse una foto, y luego a otra donde tras una larga cola nos sentamos en las cabinas estas de las oficinas. Por lo visto nuestra calle no existe. Faltaba una zona que era dentro de Imsida. Ta t ata, llegan teo y sara. Por los pelos pudieron hacérselo. Ahora toca esperar una semana hasta que nos llegue una carta con la que tenemos que volver al sitio este y decirles que somos nosotros. Así, nos costará el bus menos.

Al salir de allí, nos lo tomamos con calma y vamos hablando un poquillo de todo y de nada. A vane y a mi, nos pilló un tío de estos que venden movidas. Decía que hablaba español, sí. Y yo japonés también. Algo sabía decir, pero a mí, la situación me estaba dando la risa.

Nos para y nos dice que si nos puede decir una cosa, y tontos de nosotros dijimos que sí. Enseguida fue para la tienda a esperarnos, y era como… veniiid veniiiiid. Y fuimos. Allí empezó a mal hablarnos en español chapurreteao, como que vendía productos para la piel seca, que venía de Israel porque cuando el “Level” del mar descendía, lo encuentras secreto. En Malta, calor piel seca, así nuestro producto es bien. (yo, mientras él chapurreteaba, intentaba decirle, mira tío… estamos muy cansados, déjanos irnos por favor que no queremos nada.) él seguía, y a mi cada vez se me notaban más mis dientes mordiéndome el labio para no reirme. Le agarró la mano a Vane diciendo: enseñas? Y después dijo… tú piel seca. ¿por qué no, producto piel grasa?. What do you want? Y ahí Vane y yo… fue un cambio tan brusco de un mal español a un mal inglés, que no entendimos. Y se lo dijimos los dos a la vez ¿qué?. Le explicamos que no queríamos nada, y nos dejó libres. AAAAAAAalelujah

Nos reunimos con Sara, Teo, Javi y Jessi y todos para casa.

El resto de días durante la semana parecen empezar una futura monotonía, así que… no diré mucho más. Cada vez mejor con la presentadora que me comenta que es muy famosa y que su programa va muy bien. También que vive cerca de mí y que todos los días puede llevarme en su coche. Genial, me ofrece su teléfono para cualquier cosa. Lo mismo con el cocinero que llega los jueves, hablando con él de música, fútbol, tradiciones de un sitio y otro… en fin, conversaciones triviales. Intento bromear con la gente del trabajo, y todos, menos el más gracioso, me entienden. Vic. No me entiende nada, y me habla como si fuera indio. HERE HERE!! THIS! Y con gestos. Yo creo que no sabe hablar inglés.

El jueves, comimos pollo relleno, pimientos rellenos, sopa, una especie de puré de patata con verduras y unas tostadas agridulces con carne. Buenisimo todo. También recibí una llamada uno de estos días de Paragon, para ver si todo iba bien. Querían que les contara, pero… podía contarles poco la verdad. Todos los días estoy haciendo de cámara. Poco más. Tell me more, tell me more. No tengo más que contarte! Así que se tuvo que conformar.

El viernes fue duro. No paramos nada, entre grabar los programas previos y colocar los escenarios. Durante los descansos del programa, ya he aprendido y me llevo un libro para ir leyendo. Después comimos lo que había cocinado el cheff, unos pastelitos de chocolate rellenos de nosequé con nosecuanto. Pero era dulce. Por cierto, antes de esa comida, me dieron a probar un queso de aquí de Malta (Gozo) que estaba increíble. Tenía como algo parecido a tierra por fuera, con el mismo aspecto, pero no sabía a tierra. El sabor era muy muy fuerte, probablemente uno de los más fuertes que haya probado, y luego te dejaba un ligero picor que refrescaba la boca. SUBLIME, uno de los manjares más exquisitos que he probado. También me dieron a probar un pastel como un bollito de carnaval pero con un relleno y un glaseado por encima. También muy rico, lo partieron en trocitos como se parte una tortilla. Cogí uno, cogí dos… y cuando fui a coger un tercero quedaban 5 trocitos nada más!!. Vic. Habrá que acostumbrarse a este Vitorino y amoldarse a su estilo de comer. MAaaaadre mía lo que zampa el tío. Esto es la ley del más fuerte, o comes o te comen. Como no coma tanto como Vic, igual me quedo sin comer jajaja. Que bicharraco está hecho el tío.

Después por la tarde fuimos a ver la peli “21 gramos” con Jessi y Vane. Después algún capítulo de Death Note y a dormir. Nos quedamos Javi Vane y yo dormidos en un sofá, con más pinta de cama enorme que de sofá. Pero nos despertamos al rato. Bueno, me desperté al rato y me fui a la cama. Cuando me levanté a apagarle el ordenador a Javi y a apagar la luz… me pegué un talegazo con el escalón, porque ya iba medio grogui. Jajaja desperté a estos obviamente, y Vane se fue a su cama y Javi se quedó ahí. Como nos quedamos un poquillo tocados después de la peli por el tema que trata… le pregunté a Vane que si estaba bien, que si quería hablar o algo, y su respuesta fue… un cojinazo. Mientras se reia. Ni reaccioné del sueño que tenía.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Día 5. Fiesta

Amanecimos sin saber qué hacer. Después de un rato de modorra absurda de esta que mola, decidimos que era el momento de ir a comprar. Así que fuimos a pillar de TODO al Lidl, nos gastamos Javi y yo 106 eurazos en comida. Después de estar dos horas en el Lidl y otras dos, esperando al fuking bus, volvimos a casa, donde empezamos a hacer la comida (la hizo Javi, buenissima por cierto). Todo esto, claro, comiendo a las 7 y pico de la tarde, así que… cuando terminamos directamente de fiesta. Fuimos hacia Sant Giljians y bailando toda la noche. Era la fiesta de San Patricio. Salimos Javi, Vane, Jessi y los otros tres compis de piso. Dani, Ángel y Javi. Allí, de fiesta estaban ya Teo y Sara. Por el camino nos fuimos haciendo una idea de cómo son nuestros compañeros de piso. Les gusta mucho la fiesta y todo lo que eso conlleva (tías, beber y demás). Son majetes, la verdad. A mí me caen dpm. Y por supuesto son tres personas diferentes, veo cosas diferentes en cada uno de ellos. Ya iremos viendo cómo evolucionamos. Al llegar a la zona de fiesta, lo que hicimos fue encontrarnos con Sara y Teo. Estuvimos bailando en un sitio donde había un balcón y estaba bastante bien. Estuvimos ahí un buen rato bailando entre empujones. Fui a mear y una cosa muy rara. Nada más entrar hay un señor sentado con una mesa y unas monedas ahí, estaba fumando. El baño es como un abrevadero, una pared de metal con forma de V. una guarrada y ¿el tio ese? ¿Qué pretendía? ¿propina? Que salao!

Después de seguir bailando y Sara sorprenderse al verme bailar. Fuimos al bar del día anterior. Seguimos bailando, yo como nadie. Entre la Macarena, Bomba y demás exitazos… estuvimos hasta las 3 o así. Pero parecía que eran las 6. La fiesta aquí es distinta, como casi todo. Los tiempos van diferentes. Amanece a las 5:30 y anochece a las 6 de la tarde. La fiesta empieza a las 10 u 11 por lo que… da la sensación de que estás mucho más tiempo. Cosas que destacar de esa noche. Una bailarina encima de la barra que se creía algo, se hicieron una foto mis compis de piso con ella. Luego un gordito muy gordo subido también a la barra dándolo todo. Me gustó mucho verle, porque no tenía ningún complejo. Y poco más, recibiendo halagos por parte de Sara, Vane y los demás porque dicen que aguanto mucho. Eso me hace sentir bien. Jeje. Además, ellos iban parando, pero yo no paré en toda la noche. Fuimos al McDonalds y estos se compraron chorradinas. Yo pillé un twister para dedos de la mesa de al lado. Al salir, nos disponíamos a ir para casa, pero nos encontramos con Leire. La chica de Bilbao que conocimos en el bus. Así que alguno que otro se quiso quedar. Yo… me fui a dormir. Se quedaron Jessi, Javi, el otro Javi, Angel, Dani, Leire y una amiga de Leire. Para, Teo, Sara, Vane et mua, ahí acabó la noche. Dormí en casa de Vane, y como no tenía mucho sueño me puse a leer mensajes. Esa noche las pasé mal. Hay un pájaro en un hueco metido y no hace más que piar por la mañana, y es muy pesado. Oggg. Luego pasé frio, y aquí no hay persianas asique… fatal.

El dia siguiente… amanecieron Teo y Sara a las 11 que se fueron a su casa despertándome sin querer. “dormí” 4 horas. Me levanté y me puse a ver la TV. Dibujos animados, unos de una hormiga y unos elefantes muy majos que entendía perfectamente, Garfield y la pantera Rosa que también, un inglés muy fácil (la pantera rosa es muda). Luego vi Batman en italiano, y por fín amaneció Vane, que no sabía si estaba, si no estaba, si estaba viva o muerta. Ma mia. Se vengó por el día anterior. La cosa fue… buscar unos tampones para mi prima Vane. Joe, vaya vueltas turk. Ah bueno! A todo esto eran las 3 de la tarde. Qué tostón de mañana. El día anterior ya me había tocado preguntar, pero… aquí no saben ni lo que es. Y de risas preguntando por las calles maltesas, dónde podíamos encontrar un supermercado para comprar tampones (en domingo). Intento fallido. Llegamos a mi casa, donde estaban javi, jessi y los otros. Comimos 3 pizzas y no recuerdo haber hecho más ese día. Fuimos otra vez a casa de estas petardas y nos pusimos dos pelis después de ver en la TV el curling, (deporte al que me enorgullezco de haber introducido a Javi y a Jessi). Las dos pelis son, buen rollito (malísima no la veáis nunca. Pasas el rato pero… ya, fin) y los caballeros de la mesa cuadrada, que… ok. Monthy Pyton seguros de vida. Nos curramos un palco vip en el salón, juntando los dos sofás y los cuatro ahí tumbados. Yo me quedé dormido con la de los caballeros, y al despertarme tiré para la cama.

El lunes…. Amanecimos con la intención de ir a la playa. Habíamos quedado a las 11:30, salimos de casa una horita retrasados porque estas petardas no se qué hacen para tardar tanto en arreglarse o lo que sea. Mientras javi y yo veíamos un partido de futbol entre chinos desastrosos. Que risas tú.

Este día se resume en, esperar mucho tiempo a un bus, tardar mucho tiempo en llegar desde ese bus hasta la Valleta. Coger otro bus, y tardar mucho tiempo en llegar hasta la playa (golden bay). Íbamos intentando hablar de la gente del bus, porque ma mía que pintas algunos. Chulos playas guiris. Entraron dos chicas españolas por cierto muy monas, con un niño al que le hacía pedorretas y cosas para que se riera. Y el niño me respondía así que guay. Al llegar, teníamos un hambre del copón. Eran las 4. Nos compramos unos bocatas y a no hacer nada tumbados en la playa. Yo escuchando música y estos con una cerveza. Después sí llegó el momento. Vane, Javi y yo, empezamos a escalar unas rocas de estas del mar. Gracias a este momentazo de subir por las piedras y abrir los ojos respirando… estoy contento de estar en Malta. Si no es la más bonita, una de las más increíbles vistas que tengo grabadas en mi cabeza. Un paraíso de aguas cristalinas cual Caribe donde se podían ver los peces y las algas. Una chulada. Además del color del agua, el aire puro, y el verde de la montaña se mezclaban, creando, lo que para mí es… la perfección.

Y después de ese párrafo, volvimos a la playa por un camino más seguro (porque estos quisieron) y ya estaban allí nuestros compis de piso. Yo me separé un poco de ellos y me puse un poco melancólico pensando sobre todo en Bea. En cosas buenas y malas. En momentos pasados. En mi familia… en fin. Me puse triste por no poder disfrutar de eso con las personas que más quiero.

Al “despertar” de mi introversión, volví a la realidad, haciendo alguna foto al atardecer, y a estos como si fuera un book. Después tiramos para el autobús, mientras Vane casi lo pierde por mear, o eso creíamos, porque jooooder. Estuvimos parados hasta que arrancó otra media hora. Paramos para coger el siguiente, y justo en frente de una pizzería 2 y te regalaban una. Así que… al lio. Vimos como nuestro bus pasaba por delante de nuestras narices después de estar como 20 minutos esperando (no sabemos muy bien por qué. Por sitio puede ser, pero se podían haber echado más para atrás) en fin. Pues otra media horita más. Así que este día se puede resumir en… esperas, viajes, vistas increíbles, reflexiones, y más esperas y viajes. Nada más. Como todos los días… de risas con Vane, es mi cómplice para criticar a unos y a otros. Además opinamos bastante parecido.