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viernes, 20 de abril de 2012

Inglés, Dingli Marsaslokk


Durante el curso de inglés no gran cosa que destacar. Muy a gusto con el profesor Malcom, el compi de trabajo de Vane. No era mucho más mayor que nosotros y nos reíamos bastante además. Con frases o palabras que él decía en español como cucaracha o cuchillo. El lunes no comí, porque no me dio tiempo. Llegué del trabajo a las 3 y cuarto y habíamos quedado con Vane a las 3:30 en una iglesia. Le dije a Angela que si me podía acercar, y me acercó pero no hasta el mismo sitio, me dejó un pokillo lejos, así que como llegaba tarde… tuve que correr. Con esas no comí.
Durante el curso, muy muy bien. Se me pasaban las horas volando además, metió caña desde el primer día. En un día dimos todos los tiempos verbales y algunos que yo no conocía. Eso sí, acabé muy cansado. Al segundo día… lo que hay que resaltar es… la siguiente historia.
Al día siguiente, salí de trabajar a las 3:30. Me llevó hasta la misma escuela un invitado del programa que tenía unas ideas un tanto peculiares. No le gustaban ni los chinos, ni los árabes ni los ingleses. El tema de la colonización, de las letras que no son las habituales, usea los caracteres chinos y árabes. Estuvimos hablando un rato y debatiendo lo que dio tiempo en los 15 minutos de coche. Cuando me senté allí a esperar a que empezaran las clases eran las 3:30, tenía media hora para comer.
Vi a una chica salir de su casa, y le pregunté dónde podía comer, y me mandó a la Valleta, pero claro, yo no podía. Le dije que no podía ir hasta la Valleta, que tenía que entrar al curso a las 4. La historia fue que no se quedó ahí, me preguntó que cómo me llamaba y justo después me abrió las puertas de su casa. Yo le dije que no, que no se preocupara, que podía estar sin comer. Pero insistió. La chica era negra, dato importante y contrastado con la conversación que había tenido con el tío del coche. Finalmente entré en su casa, y fui todo lo educado que pude, diciendo que tenía un piso muy chulo y demás formalidades. La chica ya estaba preparándome un Sándwich mientras yo seguía diciéndole que no hacía falta, que muchas gracias. Empezó a sacar embutido y me dijo que cogiera lo que quisiera, que había fruta y demás. Así que, viendo que no dejaba de insistir y ya que estaba sentado en la mesa de su cocina le dije que un par de plátanos. Mientras tanto nos fuimos conociendo. Me dijo que vivía en Ruanda, o Luanda, no recuerdo muy bien, pero el caso es que estaba en Malta como nosotros de prácticas. Tenía cara de asustada incluso cuando se reía. Me dijo también que tenía el ordenador estropeado y que iba a llevarlo a ver si podía conectarse a internet. También que vivía con otras tres chicas de países nórdicos, y me sorprendió cuando me dijo que tenía 33 años. Parecía de mi edad o incluso más pequeña. Cuando nos despedimos, le di las gracias y le dije que era muy amable y que eso en España no pasaba, ni en España ni en ningún sitio. Ella me dijo que en su país era lo normal. :) me sentí genial aunque con ganas de devolverle el favor algún día.
Yo no hago nada extraordinario, pero creo que las cosas que me pasan sí lo son.
Estos se sorprendieron al verme salir con ella de su casa. Obviamente. Les conté y empezamos las  clases con Malcom.
El viernes por la mañana acabamos el curso y por la tarde fuimos a ver la semana Santa de Quormi. En el autobús nos encontramos con un chico muy amable que nos llevó hasta el mismo centro de la procesión. No había empezado todavía así que Javi y yo fuimos a inspeccionar un poco la zona. Dimos una vuelta a la manzana siguiendo el camino de la procesión y nos sorprendió la cantidad de gente extraña que vimos. Seguimos los pasos de un hombrito con una barba filosófica que daban ganas de acariciar. Cuando sea viejete tendré una así.
Ya de vuelta donde estaban estas, empezó la procesión. No he estado en muchas procesiones en mi vida, pero en las que he estado en España, me pusieron los pelos de punta. La que vimos aquí, te contaba la historia desde la última cena hasta que muere Jesús. La gente disfrazada tanto de romanos como del resto de los personajes bíblicos. Las esculturas pasando y la música. Sin duda, la música es lo que hizo que a mí me pareciera ridículo. Así como en España se escuchan tambores y es todo como muy solemne, aquí se escuchan trompetas y la típica banda del pueblo tocando mogollón de instrumentos que hacían, que recordara precisamente eso. La banda de mi pueblo. Hubo más de un momento que nos entró la risa porque parecía que iban a salir los toros. Lo que más me llamó la atención de la procesión era la gente que no participaba en ella. Me gustó mucho un niño que estaba pasando olímpicamente de todo. Me quedé sin batería en la cámara y no pude hacer demasiadas fotos. Me quedé en muchas. Así que genial. Al terminar la procesión nos fuimos para casa.
Javi y yo dijimos de prepararles la cena a estas mientras ellas se arreglaban para salir de fiesta. Llegaron tardísimo y encima nosotros no teníamos la cena hecha. Fue por los autobuses por lo visto. Vinieron con un cabreo de la leche. A mí, se me quitaron las ganas de salir, porque estaba muy a gusto en casa viendo videos y porque estaba cansado. (ese día madrugué más que el resto de días). Estos sí salieron un rato y por lo visto se lo pasaron dpm. Entraron en un Gentleman club. Un pichiclub vaya.
Al día siguiente, no hicimos gran cosa, comimos juntos en casa de estas eso sí. Pero nada más. Por la noche dudamos entre ver una peli o ir a dar un paseo y optamos por lo segundo. Fuimos andando hasta encontrarnos con el sitio donde habíamos estado hace 2 semanas. Estuvimos un rato sentados en una especie de anfiteatro en el agua. Son unas gradas que parecen estar puestas para ver alguna carrera acuática o algo así. El paseo, personalmente me sentó muy bien, y nos lo pasamos entre risas y demás.
Lo mejor de todo fue al subir ya para casa, nos encontramos con un carrito de la compra y estuvimos haciendo el gamba. Subiéndonos a él y tirándonos por la cuesta. Los tres a la vez. Jessi grababa con el móvil. En una de las veces Vane se pegó un talegazo con las consiguientes risas y canchondeo, ya que pasamos de ella, dejándola en el suelo y apartando el carro. A la media hora javi y yo, (ya a salvo en la acera), le preguntamos que si estaba bien. Jajaja.
Cuando llegamos, dejamos a estas en su casa y fuimos nosotros dos para la nuestra hablando de todo un poco.
El domingo, fuimos a ver los acantilados de Dingli. Fuimos protito, relativamente, los buses ya se sabe. Amanecimos a las 10 de la mañana para ir. Pero el día estaba lluvioso. Aquí no llovía, pero estas decían que en su casa estaba cayendo una del copón. Así que fuimos aplazando el plan hasta las 12 que decidimos ir de todas todas.
Cuando llegamos, empezamos a subir la cuesta, y vimos a lo lejos lo que pensábamos que era un observatorio. Un edificio con una pelota por techo. Era un sistema de seguimiento para la navegación. Empezamos a subir y llegamos a los acantilados. Impresionantes, no puedo decir más, porque eran eso, acantilados. Un corte muy irregular de la piedra sobre un agua muy clarito que a su vez iba formando diferentes cuevas en las rocas. Se respiraba tranquilidad y armonía. Era una sensación de tensión relajante por ver el peligro que había por el viento y el precipicio tan cerca, y el relax de las olas y el verde entrando en tus oídos y tu piel.
Caminábamos un ratillo y nos parábamos a disfrutar del paisaje. Andamos muy poquito, pero llegamos a un sitio en el que iba a pasar el bus. En ese rato, llegó un hombre con un águila en la mano y salí disparado con la cámara en mano.
Al coger el bus, estaba llenísimo, y el autobusero se cabreó porque había un hombrito detrás de mí que estaba dando sin querer al botón de parada. Fuimos a ver unas ruinas prehistóricas que había bajo una cúpula para su conservación. No entramos porque costaban 9€, así que nos tomamos algo allí, y volvimos a coger el bus. Vimos las fotos que nos parecieron muy bonitas y a correr. Cuando íbamos a montar en el bus, nos encontramos con un montón de españoles que sí entraron, y nos dijeron que no nos habíamos perdido nada. Íbamos a ir al blue grotto, unas cuevas en el agua donde puedes entrar pagando un barquito guiado, lo que pasa es que ya era tarde y no está todo el día. Así que fuimos a Marsaslokk. Un pueblo pesquero al sur de la isla, tardamos como dos años en ir, desde donde estábamos hasta valleta y otros dos años hasta Marsaslokk.
Cuando llegamos, recuerdo que me metí con Vane (no se por qué) y me escupió su chicle pensando que me iba a dar asco y apartarme. En lugar de eso, lo cogí con su sorpresa, y me lo metí en la boca, con la consiguiente risa. Jeje
En el pueblo…vimos un montón de barquitos muy coloridos, y la verdad que también merece la pena ir. Estuvimos ahí dando una vuelta a todo el puerto pesquero y al volver, cuando tuvimos que coger el bus para regresar, entraron primero mis 3 compañeros de batalla y yo el último. Tenía que comprar el billete, y estaba hablando el tío del bus con otro que estaba fuera. Medio hablando medio gritando. La cosa fue, que le di el dinero al autobusero, y el que estaba fuera (un bigardo de, por lo menos 150kg de grasa) se abalanzó sobre el autobusero, y empezó a zumbarle pero bien. Yo estaba en medio y no pude apartarme. jeje, me quedé "encerrado" entre las octias jajaja y el cristal del bus. Al principio tuve cuatro reacciones muy rápidas de... les separo? me aparto? les separo? me aparto, sí me aparto. con mis correspondientes movimientos corporales y gestuales jajaja. Incliné hacia adelante para separar, y al medio segundo siguiente volvía a estar hacia atrás decidido a apartarme, así como 3 veces. Entonces esperé a que se desarrollaran como 5 segundos los acontecimientos.

La movida fue, que detrás de el hombre gordo, entraron dos mujeres (supongo que familiares) y un niño (supongo que su hijo). Claro, no haía espacio físico para estar en...2 metros cuadrados, 5 personas + una que ocupaba por 3. Mientras las señoras tiraban de él, yo estaba intentando salir del bus, porque ahora ya sí me veía absurdo ahí. Medio empujando a las señoras, me escapé como un gato por una grieta y desde fuera seguí contemplando el espectáculo: el señor gordo seguía zurrando al otro, mientras las señoras tiraban de él rompiéndole la camiseta. Además el jodido niño le empujaba como para que se metiera más dentro de la cabina del conductor. Durante mi estancia fuera, vinieron dos maltesas, y se pusieron a hablar conmigo y yo no supe decir nada ni en español, ni en inglés, ni maltés , ni en suputamadrés. Solo me salió hacerles gestos como para decirles que la atención no estaba en mí, sino dentro. Hubo un momento que pensé que el autobusero iba a irse con mis colegas y yo me iba a quedar en tierra.

Cuando el señor gordo se cansó, salió como un mastodonte del bus, momento que aproveché para entrar. Me fui para atrás con mis colegas, y observé que desde la cabina asomaba una mano temblando con mi ticket. Fui a por él, y en vez de decir Thank you, le pedí perdón. jejeje

Aquí acaba la historia, luego pensamos que el señor gordo había ido a por una escopeta o un algo dentro de su caravana, pero teníamos claro que no había dejado de zurrar al autobusero. Luego otro señor gordo le dijo algo al autobusero desde fuera, dando golpes contra el cristal, y vinieron dos policías corriendo. Esta vez sí, no como en las pelis, llegaron a tiempo.

Y luego pues... nada, estuvimos ahí un buen rato parados hasta que arrancó el bus, mientras nos reíamos de mis reacciones y de mis caretos de sorpresa, confianza, enfurecimiento, sorpresa de nuevo, de no saber que hacer, y por último de... me rindo. Creemos que lo que pasó fue, que el gordo tenía una especie de puesto con frutas, pescado y demás, y había estado pitando al autobusero para que le dejase salir, ya que este último había dejado el autobús en medio.

jueves, 12 de abril de 2012

Xilon y su coche, Aviones. Del 30 al 2

El viernes no hicimos gran cosa. Fuera de lo común salimos de fiesta a un sitio que nos había recomendado un compañero de trabajo de Vane. Después de cenar, empezamos a andar para llegar al sitio. Nos costó encontrarlo porque estaba lejos y tuvimos que ir andando por una autovía de mala muerte. Cuando llegamos al sitio, la música me mareaba bastante. Era electrónica chunda chunda, y a medida que avanzaba la noche más me mareaba. Cuando pasó un rato, la música cambió, seguía siendo chunda chunda, pero ahora la podía bailar (por lo que fuera). Con la otra no era capaz porque no cambiaba. Al final, estuvo sonando música que no sabría cómo describirla. Un royo electrónico pero con un toque satánico. Más menos.
Ver bailar a la gente me sorprendió. Hay mucha diferencia entre Lisboa y esto (es inevitable que compare). La manera de darlo todo en Lisboa, era algo increíblemente sexual. Parecía un preámbulo, se dejaban llevar por la música y se podía mascar la sangre latina de portugueses y sobre todo brasileños. Aquí también se dejan llevar por la música, pero aquí parecen más evidentes los efectos del alcohol. Aquí, vi a un tío dándolo todo pero hacía movimientos espasmódicos. Me gustaba verlo pero prefiero lo otro, me parece todo más puro y limpio. El resto de gente de la discoteca… como una discoteca normal española. Probablemente con menos tontería que se tiene en España, es más dejarse llevar aquí.
Antes de que cerraran la discoteca (a las 4 de la mañana) salí a sentarme un rato fuera. Como a las 3:30 o así, y salieron después los que quedaban. Usease, Vane, Teo y Sara. Javi se había ido a acompañar a Jessi que estaba perjudicada. Una vez allí sentados los cuatro, llegaron dos tios. Hablando en inglés y de risas. Creíamos que tenía intenciones no muy puras para con vane, teo o sara. Jejeje. La cuestión fue que uno de los dos se fue, y nos quedamos con el otro. Nos dijo, entre otras muchas cosas, que nos llevaba en coche, y no quisimos. Luego vino otro que estaba perjudicadisimo. Se caía. A mí no me daba cosa, así que me puse en un sitio como para impedirle el paso hacia estas. Y me enseñó un saludo raper waper. Jajaja. Nada. Nos fuimos medio vacilando a lo lejos a este hombrito primero. Y según estamos andando, vemos que baja un coche y se pone a nuestra velocidad. Era este tal Xilon.
Yo el más receloso, entré el último en el coche después de preguntarle si podía conducir yo, aunque la respuesta ya la sabía antes de formular la pregunta. No. Subimos al coche y mucha risa porque teníamos que parar a por javi que estaba subiendo a donde nosotros. Así fue. Paramos a recoger a javi y nos subimos todos en el mismo coche. Osea, 6. Tres delante y tres detrás. Hay un video grabado de este momento, en el que aparecen comentarios graciosos donde se confunden tocamientos de culo a Vane con… estoy metiendo segunda. En fin, después de llegar a casa sanos y salvos y reírnos muchísimo en el coche, post coche y en casa de Vane. Nos pusimos a mal dormir javi y yo en una sofá, y sara y teo en otro.

El día siguiente fue horrible. Primero se despertaron teo y sara y se fueron como a las 9 de la mañana. Javi se despertó a las 10 y se fue a casa, yo me quedé ahí un ratico en el sofá hasta que amaneció vane (que duró despierta como 5 minutos). Enseguida se despertaron los compis de piso de estas y ya me quedé con ellos hablando de unas cosas y otras. Tanto fue así que estuve hablando con ellos todo el día porque estos estaban demasiado perjudicados como para hacer nada. Así que lo único que hicimos fue, yo pasármelo genial en casa con esta gente, y por la noche me parece que vimos una peli los 4 (el número 23).
Volvimos a dormir ahí javi y yo. No volveremos a quedarnos en esa casa nunca a dormir. Qué frio, que mal, que todo. Hoggibel!!.
Al día siguiente dijimos levantarnos prontito para ir a ver una especie de mercado que había en Ta-Qali. Fuimos primero a la Valleta, y estuvimos haciendo fotos ahí y al aire libre muy bien con Teo y Sara también. Vimos el cambio de guardia tan estricto como los típicos guardias de Buckingham Palace. Después fuimos a comer un bocata cada uno, por 1,50 aprox y genial también. Comimos en el suelo de la plaza y nos quedamos allí un ratillo. Cuando pudimos, cogimos el bus para ir a ver el mercadillo ese. Nos confundimos y llegamos hasta Mdina y Rabat, pero bueno, no la liamos demasiado. Empezamos a caminar desde un sitio supuestamente cercano. Y digo supuestamente porque eso fue lo que nos dijo el autobusero. Al primero que preguntamos, nos dijo que estábamos a más de media hora andando. Vimos unos edificios muy curiosos como de búnker, los típicos que parecen latas cortadas por la mitad. Un cilindro tumbado vaya!.
Continuamos andando y nos animamos al ver un museo de aviación de la segunda guerra mundial. Entramos, algunos con menos ganas que otros pero ninguno con más ganas que yo.
http://www.maltaviationmuseum.com/spanish.asp
Cuando entramos empezamos a ver aviones mitiquísimos de la segunda guerra mundial. Yo sólo conocí el f2 (del que sólo estaba el morro) y el sptifire. Tres hangares llenos de naves, motores, reliquias de la segunda guerra mundial, había alguno anterior y alguno posterior. Pero los más bonitos sin duda eran los de la segunda. Había uno que no se cómo se llama que imponía el tamaño. Parecía el del final de Casablanca, y no se si era o no. Para acabar nuestro viaje por el museo, que sólo nos costó 3 euros entrar, vimos una cabeza de un avión de pasajeros. Había unas escaleras, y como soy un cotilla empecé a subirlas y vi que dentro había un grupo de gente de 3 o 4 personas, pero el habitáculo era tan pequeño que no cabía nadie más. Me colé y atendí la conversación entre los dos que estaban dentro de la cabina. Uno le estaba explicando el final de “como despegar un avión”. Yo ya estaba flipando por poder ver la cabina de un avión, pero no sólo se quedó ahí la cosa cuando… acabó la explicación, le pregunté si podía sentarme y me dijo que sí. Empecé a mover palancas y llegó otro chico a contarme cómo despegar el avión mientras yo estaba sentado. No se si fue, la emoción, o que me interesaba el tema, pero entendí prácticamente todo lo que me contó. Incluso me dejó tocar la palanca de potencia y el “volante” para enseñarme como se manejaba en el aire, también los pedales. Y cualquier apartado de botones que no sabía para qué eran, le preguntaba. Muy muy guay la verdad. Al bajarnos Javi Jessi y yo, nos estaban esperando Teo, Sara y Vane con el palo de la escoba porque no les habíamos avisado de dónde estábamos. Comenzamos a andar, todavía flipando por lo que habíamos visto y pasado, y llegamos al mercado ese. Mercado, quien dice mercado… dice mercadillo de pueblo grande. Pero vamos, a mí personalmente me decepcionó bastante, porque no tenía ningún encanto ni nada que mencionar de especial. Mas que un mercadillo de pueblo, en Malta. Inevitable la comparación con la Feira da Ladra de Lisboa. Y así acabó nuestro día, con una caminata de la leche para ir a ver un mercadillo al que le dimos menos importancia que el museo. Reventados, llegamos a casa esperando al día siguiente que empezara el curso de inglés.