................................................

miércoles, 31 de diciembre de 2014

2º de Ilustración

Tengo tanto que contar, tanto sobre lo que escribir, que sería muy cínico empezar diciendo que no sé por donde empezar.

Tras mucho tiempo sin escribir, quiero que estas lineas sirvan para no olvidar unos acontecimientos que me han convertido en una persona más desconfiada. La maldad, la corrupción humana y las ganas de ganar dinero de manera fácil y rápida se me antojan insulsas comparándolas con la importancia de la humanidad. Humanidad como posesión. Tener humanidad.

Lo que me ocurrió hace ya, un año y un mes, fue por la carencia de humanidad de cuatro personas concretas. Su compasión fue nula:

En una de mis andanzas, decidí irme a vivir con un colega. Noé. Éramos los dos más extrovertidos de una escuela de Arte. Ser una persona que destaca, es complicado. Destacar en un entorno de gente que destaca es aún más complicado. Noé y yo éramos inseparables, así que decidimos irnos a vivir juntos. Yo fui a su piso, con él y su mejor amigo Arturo.

Al empezar a vivir, lo típico. Roces en la convivencia por la limpieza, pero risas constantes y absurdeces varias. El problema vino, cuando supe que estábamos siendo subcontratados por la madre de Noé, María. El precio que pagábamos era de 220 euros cada uno, con todo incluido. Supuestamente las habitaciones costaban 145, 145 y 150€. Sumando estos precios... el piso costaría 440 euros. Curiosamente... 440/2 = 220€. ¿Qué estaba pasando? Arturo y yo, estábamos pagando el piso. Y Noé (su madre) estaba pagando los gastos. Nos estaban engañando.

Mi reacción fue la de intentar salir de ahí, con dos excusas: la de la subcontratación ilegal por parte de María, y la de pagar menos intentando buscar un cuarto compañero de piso. CrisTINA. Tina aceptó venirse a vivir con nosotros si encontrábamos algo barato. Me puse a buscar como loco, y encontré un piso, una casa, un poco más alejada que la anterior, pero por la que íbamos a pagar 100€ cada uno rebajados de 150€ por parte de los caseros. Precio especial para estudiantes (HUMANIDAD).

Con el OK de Noé, Arturo y Tina, empezamos a hacer la mudanza. Lo mío era una maleta. Pero lo de Noé eran muebles y demás cosas que tenía ahí de su madre. Tras pagar las fianzas en el piso nuevo, y de que yo llenara la caldera, poniendo otros 200 €, por fin noé contactó con su madre que estaba en África. Por lo visto, no le sentó muy bien que nos fuéramos. Como es lógico, tenía un chollazo con nosotros. Así que nos dijo que teníamos que avisar con un mes de antelación y que teníamos que pagar el mes de Noviembre (cuando estábamos a 20 de Octubre, 20 días de mes de mudanza, 20 días de un mes que estaba ya pagado).

Recuerdo que Arturo y Tina me preguntaron que qué iba a hacer si la madre de Noé no le daba dinero para venir a vivir con nosotros. Yo les contesté, que ya me quedaba en el piso nuevo. Porque aunque fuéramos 3, salía más barato que antes. 400/3=133€. Antes pagábamos 220€. Planteándoselo así, les pregunté que ellos qué iban a hacer, me aseguré de que se iban a quedar conmigo en el piso nuevo.

Y a partir de aquí, es cuando se empieza a torcer la historia. La madre de Noé, nos puso problemas para cambiar el ADSL que estaba a su nombre. Supuestamente no podía llamar porque estaba en África. Ok, nosotros nos encargamos. Esta señora, María, cuando vio que nos íbamos a ir realmente, llamó a casa (ahí sí pudo llamar enseguida). Con la gran suerte de que lo cogí yo. Es una pena que no guardara los mails, porque los enviamos con el correo de Noé. Le dijimos que no íbamos a pagar ni un mes más. Que nos enseñara dónde ponía en el contrato eso de que había que pagar con un mes de antelación (no con estas palabras, sino más educadas y en otro tono bastante más cordial).
Esa noche que llamó María, la primera frase me dedicó con su acento argentino fue: - Pásame a Noé. -y la segunda- Que sepas que eres un hijo de puta.

Normalmente, no permito que llamen eso a mi madre ni aunque sea de broma con los colegas. Pero viendo la falta de educación de esta mujer, decidí que lo mejor era que se desahogara con un crío de 24 años que la había descubierto. A mi también me jodería que un niño me descubriera si estuviera haciendo algo ilegal, que me estuviera aprovechando de ellos, en definitiva que soy un mezquino y un ruin. ¿Por qué todas estas palabras dedicadas a María? Esta señora era arquitecta, con trabajos por todo el mundo. Económicamente no le iba mal. O no tan mal como para no poder pagarle a su hijo un piso, o tan mal como para tener que mentir y buscar una estratagema así.

Bueno, el resto de insultos ni los escuché. Recuerdo que me dijo que saliera de SU CASA, y me negué. Dijo que iba a llamar a la policía, pero lógicamente, la que estaba haciendo las cosas mal era ella, así que allí no se presentó nadie. Yo no tuve contrato, ni firmé nada. Tras otros cuantos insultos, le dije muuuy tranquilo. ¿Has acabado ya de desahogarte? (lo que le encendió más, lógicamente), así que dije: María, ¿me vas a decir algo? o prefieres que colguemos la llamada. Me despedí y colgué.

Es cierto, desde que colgué hasta que me dormí, estuve nervioso. Pero porque tengan o no razón, no me gusta que me insulten y no poder replicar con mi razón. A la mañana siguiente empecé a vivir yo solo en el otro piso. Me bajé el fin de semana al pueblo. Por lo visto, ese fin de, hablaron Tina y Arturo con la madre de Noé.

Por si todo el daño no estaba hecho, María ofreció mi habitación a Tina, pagando lo mínimo, 130 euros con todo incluido. Y a Arturo le mantuvo el precio, 220 euros (los huevos de este chaval deben ser de codorniz cuando yo pensaba que eran de avestruz). Así que, me dejaron solo en el piso nuevo. ¿qué ocurrió? Me tuve que volver a mi pueblo. Me dejé, en 2 meses, el dinero que tenía pensado haberme gastado en el mes de Febrero. Los caseros, estuvieron al tanto de todo lo que iba pasando. Noé, Arturo y Tina, intentaron decirles mentiras sobre mi, intentaron engañarles con falsos datos. Por suerte, la HUMANIDAD de los caseros, hizo que me creyeran. Me querían devolver la fianza entera, a lo que me negué por las molestias y por lo acordado. También por suerte, encontraron otros arrendatarios en unas semanas. Por suerte, la humanidad va poniendo a cada uno en su lugar. A Noé en Argentina, Arturo en Sevilla sin haber podido acabar su curso y de Tina y María no sé nada. Pero mejor que así sea.

Yo perdí un año de mi vida. Ellos perdieron honor. Realmente no sé qué compensa más. Pero sin duda, por la escasez de humanidad, como decía al principio, todos hemos perdido.